dijous, 3 d’abril del 2014

REFLEXIONES PARA DEBATIR



A las puertas de nuestra Semana Santa y en pleno desarrollo de su programa de actos sería conveniente reflexionar sobre diferentes aspectos de la misma abriendo temas a un sereno y mesurado debate, sin ánimo de una interpretación crítica o crear polémicas, sino todo lo contrario, con la buena intención de ofrecer una positiva aportación para  abrir ventanas a distintas opiniones con el denominador común de sentir y desear lo mejor de nuestra Semana Santa. Esto significa y debe interpretarse como un síntoma vitalidad y fortaleza de la misma. Por esto es lógico y normal que hablemos sobre ella partiendo de diferentes puntos de vista que se ponen de relieve en temas como los siguientes:

Detall del pas de Jesús és Despullat de les  seves Vestidures
Foto Daniel Pallejà
Lo nuestro y lo de fuera
Está en la mente de algunos el hecho de que se introducen elementos ajenos a la tradición o manera de ser de nuestra Semana Santa. En ocasiones se lamenta la proliferación del bombo aragonés, la disminución de encapuchados… y otros detalles o costumbres procedentes de otros lugares, percibiéndolo como una pérdida de identidad propia y de lo que siempre se ha hecho.
Otros piensan que debemos estar abiertos a cambios en consonancia con nuestra realidad social, cultural, sin estar cerrados a una cierta “globalización”, admitiendo aquellas usanzas que muestren una Semana Santa más heterogénea y menos ortodoxa. ¿Debemos considerarlo como una contribución positiva o negativa? Por lo tanto ya tenemos un primer tema de debate.

Organización de la procesión del Santo Entierro
Segundo punto a debatir. Es evidente que la procesión presenta algunos aspectos susceptibles de mejora. Los numerosos y largos parones son una de las cosas que producen un cierto cansancio y la progresiva desaparición de quienes la presencian en la calle. En ocasiones son los propios participantes quienes sobrellevan estoicamente esta lentitud. Esto proporciona dos visiones:

a) Los que opinan que es una cuestión a resolver por la Sang, cofradía organizadora de la procesión. Esta entidad, hasta el momento, ha  propuesto unas normas para paliar algunas deficiencias cuyo resultado no acaban de ser los deseados. La cuestión es: ¿se cumplen estas normas?, ¿están consensuadas y bien encaminadas?, ¿son simple papel?, ¿existe interés y colaboración por parte de las cofradías participantes prevaleciendo el interés individual sobre el colectivo? He leído algún comentario diciendo que, en realidad, hay diez procesiones.
La anterior afirmación nos lleva a que, quizás el problema de fondo es la falta de involucración en el buen desarrollo del conjunto de la procesión, mirando solamente hacia la propia Cofradía. Y aquí se plantea otro tema para el debate: ¿la organización de la procesión debe seguir recayendo sobre la Sang o convendría pasarla a la Agrupación y de esta manera comprometer un poco más al colectivo de cofradías?, ¿mejoraría la situación? La tradición apunta hacia lo primero, pero actualmente  existe un mayor número de entidades implicadas y esto conlleva una diversificación y multiplicidad de la problemática.

b) Por otra parte hay quién piensa que solo es una cuestión de tipo “técnico”. Las pasadas de los armats en determinados puntos del recorrido de la procesión y los misteris llevados a hombros son los causantes del citado inconveniente. Por lo tanto solamente cabría entrar a calibrar, valorar y ver las distintas posibilidades de solución de estos aspectos  en cada caso.

Recorrido de la procesión del Santo Entierro
De manera colateral a lo anterior aparece el debate de cercenar el recorrido y adaptarlo a las calles de la parte alta de la ciudad, sin llegar a la Rambla Nova. En su día, esta vía, constituía una de las partes más representativas con un largo trayecto e instalación de palcos y sillas en el mismo. Por lo expuesto anteriormente, actualmente, ha perdido esta consideración y se ha ido acortando dejando de ser el lugar atrayente de antaño. Por esto hay quién propone excluir el paso de la procesión por la citado trayecto y centrase exclusivamente en las calles situadas por encima de la Rambla Vella, lugares en donde nuestra procesión adquiere un carácter más propio y de intensidad, diríamos, escénica.

Pas del Vetlleu i Pregueu. Any 2012. Foto Daniel Pallejà 
En contrapartida La Rambla Nova debería adquirir el máximo protagonismo como punto de partida de la recogida de los pasos, ocasión en que luce con todo su esplendor. La puesta en funcionamiento del Museo en San Agustín puede proporcionar volver al origen de la citada recogida que, por otra parte, constituye uno de los momentos más emblemáticos del Viernes Santo y de nuestra Semana Santa.
Como es de comprender este debate es un tanto incomodo e implica un amplio abanico de opiniones a favor y en contra pero que no exento de raciocinios favorables y contrarios.

Las presentaciones de los opúsculos
Aunque la actual situación económica hace cada vez más difícil la realización de los mismos se está poniendo  mucho énfasis en el acto de su presentación convirtiéndolo en un evento social de cara al exterior de la Cofradía. Incluso la selección de un personaje mediático o político parece otorgarle una mayor relevancia. 
Hay quién argumenta que este acto debe estar dirigido a los propios cofrades a los cuales se debe requerir una mayor presencia aparte de los habituales seguidores semanasanteros. No se cree necesario la presencia de protagonistas ajenos o un tanto lejanos al sentimiento cofrade o en general de nuestra Semana Santa, e incluso, de la ciudad. Se piensa que sería más oportuno elegir un presentador que estuviera mayormente ligado a la entidad en concreto o por lo menos fuera una persona vinculada, con arraigo y sensibilidad hacia nuestra Semana Santa. Esto redundaría en menor espectáculo mediático pero daría una cierta vertiente humana y entrañable a la presentación.
Otros en cambio opinan que lo conveniente es buscar una mayor notabilidad hacia el exterior tanto en lo social como en lo político con el cuál siempre hay que contar y apoyarse buscando mecanismos de presentación para conseguir una superior visibilidad y conocimiento. Pero falta saber si los asistentes a estos eventos son siempre los mismos o están en función de la cofradía o el presentador.

Participación
Las actuales cofradías muestran una indudable disparidad. Unas están en crecimiento, quizás alimentadas por el factor de una actividad atractiva para la juventud (bandas). Otras en estancamiento con menos poder de captación del ofrecido históricamente. Algunas en paulatina regresión por la desaparición de su objetivo originario. 

Els passos a la Rambla Nova. Any 2012. Foto Daniel Pallejà
El debate se abre pensando que el actual ciclo corre riegos de continuidad y de apuntar hacia un cierto descenso de participación. A partir de este supuesto se pueden analizar los siguientes motivos: 1) Abandono o cansancio de quienes iniciaron y provocaron, en su juventud, la reciente recuperación. 2) Cúpulas directivas carentes de relevo generacional. 3) Dudas acerca de una mayor implicación de la sociedad tarraconense cada vez más heterogénea y dispersa tanto física como sentimentalmente del sentido de nuestra Semana Santa. Sería interesante realizar un análisis sociológico de quienes integran, en la actualidad, las cofradías. 4) Una juventud solamente atraída por la participación basada en el componente “percusión” con un desconocimiento de lo que significa la Semana Santa en lo tradicional y en lo religioso. 5) Crisis del sentimiento cofrade o de pertenencia que se supone debe existir. 6) Trascendencia de la influencia procedente de una sociedad y educación laica con escasas o confusas referencias religiosas. 7) Alcance de la vigente crisis económica para ser un factor de consecuencias en la afiliación cofrade.
Estos son, a mi entender, algunos de los debates en los cuales podemos incurrir inicialmente. Pero  sin olvidar otros de tanta enjundia o mayor importancia como los siguientes:
  • Funcionamiento del nuevo Museo de la Semana Santa.
  • Adecuada distribución de los actos del Domingo de Ramos.
  • Hilvanar una colaboración parroquial.
  • Acompañamientos musicales adecuados a cada paso.
  • Llenar el Jueves Santo con una procesión del Silencio. 
  • Carencia de un acto, procesión e imagen relacionada con celebración de la Pascua de Resurrección.  

Y quizás exista alguno más dejado en el tintero, digo teclado. Como se puede ver, hay suficiente material y elementos para poner encima de la mesa con el ánimo de tratar libremente, con la mejor intención y buscando los aspectos que puedan redundar en beneficio de nuestra querida Semana Santa. En futuras colaboraciones pretendo ir profundizando en cada una de ellas.