SEMANA SANTA CONFINADA…
…Pero viva en nuestros corazones. Después de hablar
de la procesión del Santo Entierro y de las cofradías, ahora toca comentar algo
sobre los actos de nuestra Semana Santa. Disponemos de un denso programa. Otra
cosa es su interés y repercusión en el entorno social de la ciudad. Se pueden
clasificar en: a) Procesiones, b) Presentaciones, c) Religiosidad
popular, d) Certámenes i e) Culturales.
a) Procesiones
La del Santo Entierro sigue siendo emblemática
aunque, últimamente, está en el candelero por dos cuestiones: 1) Ha perdido
expectación. 2) Se debate una reducción de su recorrido soslayando la Rambla. Tema
comentado en artículo precedente. Ocasiones habrá para seguir debatiéndolo.
Desde finales del pasado siglo los tradicionales
viacrucis callejeros de las cofradías se convirtieron en procesiones con
participación de pasos. Se mantienen con atisbos de una cierta tendencia
decadente en alguna de ellas.
Breves impresiones a vuela pluma. La del Serrallo
está destinada a sus raíces y al público del barrio, pero desubicada en el calendario.
A la de Viernes de Pasión le sobra el paso del Santo Sepulcro al ser,
precisamente, la celebración de la Virgen de los Dolores. El Santo Sepulcro no
encaja y menos cuando todavía nos encontramos a las puertas de la Semana Santa.
El Sábado de Pasión es una procesión distinta dadas sus peculiares
características, aparte de significar un esfuerzo para captar expectación y
afianzarse en el contexto de la parte baja de la ciudad. La de Domingo Ramos
peca de un horario inadecuado. Lo natural y lógico sería salir por la mañana
desde Sant Joan hasta Les Coques (recogiendo las familias y niños con palmas),
regresando a Sant Agustí después del oficio de la Catedral. La de Lunes Santo da
la sensación de estar buscando una identidad sin acabar de cuajar. Martes Santo
es una procesión con solera, pero arrastra las consecuencias de los problemas
internos de la cofradía. Miércoles Santo conserva una aceptable expectación y
únicamente le sobra el doble recorrido por la parte lateral de la Rambla. El personal
la acoge como un tráiler o resumen del Viernes Santo. La del Sábado Santo
adecuada a la función a la cual está destinada. Ganaría bastante con un
acompañamiento de Banda de Música.
La recogida de pasos se ha convertido en un acto
estrella del Viernes Santo. Juegan a su favor aspectos de horario, plasticidad,
recorrido y emotividad. En un par de horas se contemplan casi todos los pasos.
En definitiva, disponemos de suficientes procesiones
para contentar al espectador semanasantero sin demasiadas exigencias. Otra cosa
es si cubren las expectativas y son pertinentes. Cabe preguntarnos: ¿Tarragona da
para tanto? ¿No estamos “matando” un poco a la principal procesión del Santo
Entierro? ¿Sería conveniente una concentración dentro de los días de la Semana Santa?
¿Y en Jueves Santo?
b) Presentaciones
Las presentaciones de opúsculos se han convertido en
un acontecimiento en donde concurre un aspecto doméstico dirigido al cofrade o a
los interesados en el citado librito y otro social que, en algunos casos,
parece un evento de índole mediático con la presencia de personajes públicos o
políticos. Huele un poco a otras épocas del nacionalcatolicismo. Deberían tener
un carácter más particular e introspectivo dirigido al cofrade y realizado por
personas con sentimiento y relación con la Semana Santa. En ocasiones, hemos visto pasar personajes
sin arraigo o vinculación alguna con la entidad organizadora o con nuestra
Semana Santa, i alguno, con dudoso comportamiento o principios de creyente.
Preocupa el hecho de pensar si las cofradías dedican
demasiados recursos y tiempo en ellos en detrimento de otras cuestiones más
prioritarias.
c) Religiosidad
popular
Contamos con una buena muestra en los Viacrucis de la
tarde del Domingo de Ramos, la noche de Jueves Santo con la ascensión al Llorito
y el del Sermó de la Passió de la madrugada de Viernes Santo. Son manifestaciones en donde prevalece la
tradición, la devoción y creencia de los participantes. No hay espectáculo ya
que impera la sencillez y la intimidad. Sin datos fehacientes, la impresión es
la de que se mantienen dentro de una aceptable participación, cosa meritoria,
en los tiempos actuales.
Por otra parte se programan conferencias cuaresmales
cuya presencia está en consonancia con el contexto de la práctica religiosa en
Catalunya.
Un acto nada multitudinario pero con un cierto poso
de reflexión y meditación es el sermón de las “siete palabras” de la ermita de
Sant Magi. Como carece de interés mediático, cuenta con una presencia
minoritaria.
Quedan los actos litúrgicos de los templos y los
oficios de la Catedral cuya asistencia ha dejado de ser la de antaño. Quizás, en consonancia con la laicidad reinante
en los presentes momentos.
d) Certámenes
Los certámenes o encuentros de bandas pueden
considerarse como un intento de aglutinar o captar la expectación hacia una
concreta corriente musical de nuestra Semana Santa. También de fomentar y
recoger la afición juvenil hacia este tipo de formaciones. En ocasiones la
presencia de diferentes agrupaciones semanasanteras pone en evidencia la dispar
diferencia entre unas y otras. Su finalidad es loable pero sería conveniente realizar
un esfuerzo orientado a que nuestras formaciones se ampliaran a una instrumentación
más autóctona sin tanto bombo propio de otros lugares.
e) Culturales
Lo primero a considerar es el hecho de exponer
permanentemente el valor patrimonial de nuestros pasos. En estos momentos los
tenemos situados y montados en unos determinados lugares físicos, significando
un gran avance respeto a los almacenamientos de antaño. No están en un museo
propiamente dicho pero son factibles de contemplar y apreciar. Pero se echan de
menos medidas orientadas a poner de manifiesto su importancia dentro de la
Cuaresma y en el resto del año. Habría que fomentar y organizar circuitos en
donde se explicarán sus características particulares y estéticas (autor,
tipología de la obra, formato, historia de sus origines y realización, como es
llevado, etc.). Tanto de cara al consumidor del exterior como interior. Preocupa
un tanto el desconocimiento de las nuevas generaciones respeto a conocer lo que
representa la escena de un paso tanto en el aspecto de cultura religiosa como artística.
Finalmente solo queda, en esta Semana Santa tan
especial, recordar el viacrucis desarrollado diariamente en los hospitales,
protagonizado por enfermos y cuidadores sanitarios extensibles a todas aquellas
personas que con su trabajo nos permiten permanecer en nuestras casas
atendiendo nuestras necesidades básicas. Una oración de fuerza, ánimo y
agradecimiento para todos ellos extensible para todas aquellas personas que,
soledad, sufren los actuales acontecimientos.